Una
vez más, esta milenaria y sacra yerba es protagonista de un
descubrimiento científico que puede mejorar notablemente la salud de
los pacientes que padecen cáncer.
¿Qué
pensarán las futuras generaciones al saber que la marihuana estuvo
legalmente prohibida por muchos años a sabiendas de que posee efectos
cuasi mágicos en la mente y en el cuerpo humano?
Cristina
Sánchez, una joven bióloga dela Universidad Complutensede Madrid,
realizó un hallazgo que la dejó atónita. Los cannabionoides de la
marihuana inhiben el desarrollo del cáncer, lo que se traduce en un
tratamiento alternativo no agresivo (y eficaz) para el enfermo.
La
científica española estudiaba el metabolismo celular cuando fue
sorprendida por algo notablemente particular: las células cancerígenas
morían tras ser expuestas al tetrahidrocannabinol (THC), ingrediente
activo de la marihuana.
Después
de su hallazgo, Cristina hizo un comparativo con estudios previos que
indicaron que los cannabionoides también poseen efectos analgésicos,
supresores de las náuseas, el dolor, la fatiga y la pérdida de apetito,
y ahora se le suma otra cualidad a favor de los pacientes con esta
enfermedad.
Por la
misma fecha, científicos dela Universidadde Harvard informaron que el
THC reduce el crecimiento tumoral en el cáncer de pulmón convencional
y, además, impide la propagación de células dañinas.
A modo de ejemplo, los científicos explicaron que el THC es una especie de misil que busca las células tumorales para eliminarlas, dejando al resto completamente sanas.
A
diferencia de los fármacos convencionales y la quimioterapia, que se
caracterizan por sus potenciales daños físicos y cerebrales, el uso de
la marihuana abre un umbral hacia una mejor vida para las personas que
padecen esta enfermedad.